Resiliencia: Conoce más acerca de lo que es el baile de la Vida y la práctica del Surf vital

Hablar de resiliencia es algo habitual últimamente.

Lo había vinculado al mundo empresa pero también sirve para nuestro día a día cotidiano. Y en varios procesos de Coaching y Psicología, es algo que cada vez más está como limitante de nuestro desarrollo si no le prestamos atención.

¿Qué es la Resiliencia?

La definición de resiliencia con la que yo me quedo es:

  1. Capacidad de superar obstáculos
  2. Adaptándose a situaciones adversas
  3. Con resultados positivos
  4. A través de la gestión de la propia energía

La definición que te indico arriba es propia, uniendo lo que hay a nivel teórico y lo que he visto a nivel práctico con las sesiones que he visto con clientes. Y antes de seguir con la reflexión, me gustaría aclarar que Ser resiliente no quiere decir que no sientas o que debamos tener una fortaleza y valentía desmesurada. Ser resiliente está más relacionado con el uso de los recursos que hagamos cuando nos vemos en situaciones difíciles o adversas – bien porque lo sean como tal (por ejemplo, un proyecto con fechas límites donde no somos expertos y hay mucho dinero en juego) o bien porque las percibimos así (por ejemplo, la sensación de que dentro de un equipo no estoy llegando al nivel requerido o que no soy entendido/a y mis expectativas no son alcanzadas).

Cuando somos resilientes, tenemos que tener en cuenta que es un proceso y que no es solo el suceso en sí, sino también la recuperación de lo que vivido. Y por tanto, si vivimos mucho tiempo en la resiliencia, puede ser que el desgaste sea enorme si nuestras estrategias no son adecuadas.

¿Y cómo se me ve cuando soy resiliente?

Una persona resiliente se caracteriza por tener la capacidad de identificar la situación, generar pensamientos y sentimientos que le permitan encauzar los acontecimientos y se organizan con estrategias.

Los estudios de Wolin y Wolin hablan del Mandala de la Resiliencia, que incluye estos 7 pilares:

  1. La introspección: capacidad de conocer, de saber qué pasa alrededor y es fundamental para comprender situaciones y adaptarse a ellas.
  2. La independencia: conductas como no involucrarse, no engancharse en situaciones conflictivas.
  3. La capacidad de interacción: habilidad para reclutar pares y establecer redes sociales de apoyo.
  4. La capacidad de iniciativa: práctica de actividades e inclinación al estudio.
  5. La creatividad: desarrollo de habilidades artísticas.
  6. La ideología personal: valores propios y juicios de cada uno, desarrollo del sentido de la compasión, justicia y lealtad.
  7. El sentido del humor: mantenimiento de situaciones grupales.

 

Un buen ejercicio sería que pudieras valorarte en estas 7 dimensiones para trabajar una Rueda de Resiliencia y establecieras estrategias de mejora en esta competencia tan crucial en el día a día.

Mientras te decides, te dejo aquí un descargable con algunas conclusiones que pueden servirte. Y te invito a que revises la información sobre tu liderazgo en el post de Identidad Pública y lo complementes con la revisión del estilo de comunicación del que también hemos hablado en Decorpas. ¡Estoy segura que te va a ayudar!

Si te apetece trabajar la Resiliencia, ¡vente conmigo! Estaré encantada de poder conocer más sobre tus objetivos de desarrollo y a través de un proceso práctico lograr lo que te propongas. Reserva tu sesión aquí

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